Palabras para una exposición en el Valle de Laciana, León.
Hay que traer a Luis Mateo Díez donde se alojan las palabras y los recuerdos. Me llevan de la mano la memoria y la fijación. Conceptos que son el derecho y el revés de un mismo trabajo.
Del escritor nacen Palabras Bordadas, pero también las hay Silenciadas, Remendadas, Ocultas e Inacabadas. Su misión no es sólo elaborar visiones personales del Amor, el Desamor y otros lances de vivir y doler; quizá, lo que yo deseo es imponer a nuestra realidad cotidiana y a nosotros que la construimos un compromiso: un trato que consiste en que aquello que con más ligereza evocamos: los para siempres, los nuncas, los todos y las nadas quede dibujado, bordado, o fotografiado en un ejercicio de afirmación no sólo personal suya y nuestra, sino de exposición al tiempo y a las miradas futuras que tengan la perspectiva de lo ocurrido y que puedan juzgar y certificar el verdadero valor de lo que nos atrevemos a decir ahora.
El compromiso con la palabra y la memoria de Luis Mateo Díez , es también mi compromiso vitalista y pleno. Las coordenadas de mis trabajos son el Amor y el Tiempo, y aunque laten por ahí cicatrices de desgarro y desconfianza en el futuro hay un imperativo, Ámala.
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