La obra de María Jesús Manzanares siempre me ha provocado un cierto desasosiego, siempre la he sentido como una invitación a vivir en la intranquilidad. Sinceras, dolorosas, sus propuestas me dejan una herida abierta que no cicatriza. En ellas respira, como un fuelle viejo, la brasa de lo que fuimos: dolor y ternura, un existir que nos puede pero ante el que no nos rendimos, un mundo tocado a la vez por la desolación y el gozo. La obra de María Jesús Manzanares está llena de seres y objetos que contagian ahogo y vida. Por eso me gusta tanto y por eso recomiendo no perderse la exposición de esta artista que ahora puede verse, del 13 al 30 de noviembre, en Zamora bajo el título “De hilos, aguja y dedal”.
José García Alonso http://garciaalonso.blogspot.com/2008/11/de-hilos-aguja-y-dedal-mara-jess.html

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